El honor como excusa para silenciar a los medios

Estamos viviendo una época muy regresiva en materia de libertades públicas. Así, la presunta protección de un honor que no es tal se utiliza con la finalidad de acallar a la prensa.

20 NOV 2016 · Lectura: min.
El honor como excusa para silenciar a los medios

No son pocas las mañanas que nos despertamos con escándalos de corrupción en los que están implicados los que han sido o siguen siendo nuestros gobernantes, e incluso distintos altos cargos de la Administración Pública.

No es casualidad que lo primero que suelen decir estos presuntos delincuentes es que van a demandar a los medios por haberles lesionado en su honor. En el fondo, lo que pretenden es silenciar a aquellos periodistas que han sacado a la luz pública sus corruptelas.

Hete aquí una de las cuestiones más interesantes sobre el honor. El mismo, ni puede ni debe proteger la falsa apariencia. Así pues, toda sociedad sana y con un adn verdaderamente democrático busca la verdad como fin último, y más cuando la misma está relacionada con la gestión pública.

Por tanto, cuando aquello que se revela es cierto, no hay vulneración del honor, pues no hay honor que proteger. ¿O acaso merece protección aquel delincuente que se disfraza de ciudadano honrado, e incluso se atreve a ir a las tertulias televisivas o radiofónicas dando lecciones de ética? Si aceptásemos la tesis contraria, nos encontraríamos ante una situación absurda: Aquél que, haciendo un servicio a la sociedad, desvela los presuntos delitos de un cargo público sería condenado por lesionar su honor; mientras que el corrupto vería amparada su actuación bajo un manto de opacidad, pues nada ni nadie podría informar sobre sus tropelías. ¿Es eso lo que una sociedad sana y verdaderamente democrática querría?

Escrito por

IuraValencia

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