¿Por qué tengo que cobrarle su consulta?
Razones por las cuales los abogados tenemos obligación de cobrar las consultas de nuestros clientes.
Aunque parezca increíble, existe una creencia extendida en la sociedad con respecto a la profesión liberal de la abogacía relativa a que: sus consejos e indicaciones son gratuitas, que deben dominar cualquier asunto sobre el que se le pregunte sin necesidad de estudiarlo y que cualquier lugar, sea la calle, un parque, un bar o la puerta del colegio de sus hijos, es apropiado para consultarle.
Es muy probable que los principales culpables de haber fomentado estas creencias seamos los propios abogados, entendiendo equivocadamente que al no cobrar la primera, o las consultas en general, atraemos clientes, que al sentirse bien tratados, volverán a que les llevemos el pleito para el que han venido a consultar.
Esto es un error, todos los compañeros coincidimos en que son muchas más las veces que los clientes después de realizar una consulta gratuita, no vuelven, que las que vuelven. Y esto sucede porque al no cobrar nuestro trabajo, en vez de transmitirle al cliente lo majos y simpáticos que somos, lo que le estamos transmitiendo es:
- Que tenemos mucho tiempo libre
- Que no tenemos muchos clientes
- Que no valoramos nuestro tiempo
- Y lo peor de todo, que no valoramos nuestro trabajo.
Todos deberíamos plantearnos que cuando atendemos a un cliente en nuestro despacho, le estamos ofreciendo:
- Nuestro tiempo (que podríamos estar dedicando a nuestra familia, nuestro ocio, o cualquier otra actividad).
- Nuestro despacho, que no es otra cosa que una parte de nosotros mismos, que ponemos a su disposición para que en un ambiente tranquilo nos exponga sus dudas o preocupaciones (no hay que decir que mantener ese despacho genera unos gastos, a los abogados nadie les perdona los recibos de luz, internet, o alquiler…)
- Nuestros conocimientos, adquiridos a lo largo de los años, con esfuerzo y sacrificio. Detrás de una consulta, por sencilla que parezca ser, se ocultan horas de estudio y especialización.
- Nuestra empatía y capacidad de escucha.
Por lo tanto, es nuestra obligación cobrar nuestro trabajo, solo si nosotros lo valoramos, lo valorarán los demás. Obtendremos unos ingresos que nos vendrán bien para compensar nuestros gastos y optimizaremos nuestro tiempo, que es el bien más valioso que tenemos, porque el que perdemos no lo recuperaremos jamás.
Rosa Pilar Sáez Gallego
Muy acertado este artículo, felicidades. Ojalá lo puedan ver todos los abogados del estado de Jalisco
Muy buen razonamiento, sin embargo en la actualidad tenemos una sobrepoblación de abogados y desafortunadamente algunas de las escuelas no imparten una formación del todo ética, lo que desafortunadamente ha abaratado la profesión. Yo estudié cinco años en la universidad y es decepcionante que hoy día existan escuelas donde ofrecen la licenciatura en dos años o en menos ya que en México, de donde les escribo, existen las licenciaturas ejecutivas que duran hasta año y medio. Imaginen qué tipo de profesionista egresa de esas escuelas, no digo que no se pueda, ya que existen los genios de gran mente, pero la formación que se necesita para nuestra profesión es especialmente ardua y requiere de un nivel de razonamiento y madurez emocional que solo se logra con la inversión de tiempo y esfuerzo.
¡Muchas gracias! Excelente texto.
Excelente filosofía colegas. Saludos.
¡Excelente! Estoy totalmente convencida de que es así.
Totalmente de acuerdo y no es un tema que deba estar a discusión, así como el médico cobra la consulta todo profesionista debe cobrar la consulta.
Hay ciertos ejercicios profesionales que hacen de su desempeño la necesidad de cobrar la consulta y otros no. Entiendo que el abogado cobre la consulta, y conozco varios que lo hacen, si de la consulta surge un trabajo ya no cobran la consulta y solo cobran por el trabajo realizado. El abogado tiene como mínimo 5 años de carrera, el esfuerzo y gastos durante esos cinco años deben ser reconocidos en cada situación en la que sea consultado por esos conocimientos adquiridos. No cobrar la consulta es no valorar el esfuerzo realizado y no valorar el tiempo y trabajo que lleva responder esa consulta.
Nunca he visto un abogado que estudie ingeniería pero sí ingenieros que pasean las Reyes. Si fuera a cobrar por todo seria millionaire.
Totalmente de acuerdo. Debemos valorizar nuestra profesión.
Totalmente en desacuerdo. Es bien cierto que el cliente no viene a un despacho profesional porque no se le cobre la consulta. De hecho este medio no es válido para captar clientes. Sin embargo tampoco creo lo que pone la publicación. 1. Valorar el trabajo, hay otras maneras de valorarlo que facturar por horas trabajadas como un albañil, o personal de limpieza (con todos los respetos a profesiones tan dignas como cualquier otra). 2. Valorar nuestro sacrificio de estudio universitario. Veréis eso lo veo como hacer regalos por sacar matriculas de honor, una tontería, porque las decisiones que uno toma por su cuenta no deben ser premiadas y uno no estudia Derecho por afán de servicio, sino por gusto. 3. Valorar nuestra empatía y capacidad de escucha. Esta me resulta genial. Yo soy de la opinión de que cualquier profesión cara al público ha de tener capacidad de escuchar, sea cual sea, máxime en un abogado, pues de ello depende el cliente. Sin embargo ello no merece un premio, entiendo yo que es una obligación ética y moral nuestra, acorde con nuestra deontología, que aun para muchos olvidada, estas más que vigente. 4. Poner nuestro despacho profesional. Esta es la razón que realmente mas justifica el cobro del tiempo de consulta, sin embargo nuestro despacho es conocimiento y servicio, no una maquina de facturación. Yo personalmente opino que hay UNA RAZÓN PARA NO COBRAR LA CONSULTA. El abogado que cobra consultas está haciendo que sus clientes traten de solucionar sus asuntos por su cuenta sin consultar previamente ni tampoco con conocimiento. Este cliente tratara de solucionarlo él en la medida de lo posible, evitando la consulta de letrado. Y por supuesto que volverá al despacho con ese asunto, sin embargo el tiempo para contestar una demanda, o para recurrir una resolución y demás se habrá disminuido mucho, ya que el cliente nos lo traerá en el último día, o incluso cuando ya ha metido la pata y casi no tiene solución. YO PREFIERO ESTUDIARME UN PLEITO TRANQUILO, CON TIEMPO Y SIN PRESIONES PARA HACERLO BIEN, que no de última hora porque al cliente no le quedaba más remedio que acudir a nosotros y pagar la consulta. Realmente el beneficio es pequeño por el simple hecho de que final cobras su asunto, y el cliente vuelve, pero no porque cobres consultas, sino porque atiendes sus intereses que es de lo que se trata esta profesión
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