¿Qué ocurre si tienes un accidente de tráfico y te das a la fuga?

Cuando tienes un accidente de tráfico, por leve que sea, nunca debes darte a la fuga, pero ¿Qué ocurre en el caso de que lo hagas?

25 SEP 2018 · Lectura: min.
¿Qué ocurre si tienes un accidente de tráfico y te das a la fuga?

Antes de comenzar a analizar las consecuencias de darse a la fuga, queremos aclarar qué engloba el término accidente de tráfico, pues se trata este de un concepto bastante amplio. Se podría definir como la colisión, en una vía pública, de un vehículo en movimiento, con otro vehículo, persona, animal u otros objetos u obstáculos. Por tanto, no siempre se requiere que existan daños personales, si un conductor golpea con su vehículo a otro vehículo mientras está estacionando, por ejemplo, eso se considera accidente de tráfico.

Ahora bien, dicho todo esto, no tiene la misma consideración jurídica darse a la fuga tras golpear un coche aparcado y causarle daños en la carrocería, que hacerlo tras atropellar a un peatón que estaba cruzando la calzada. No sólo por la implicación moral que conlleva el dejar a una persona herida y marcharse sin socorrerla, sino porque este segundo caso podría resultar constitutivo de un delito, mientras que en el caso de haber causado sólo daños materiales, se tratará de una infracción administrativa con una sanción pecuniaria de 200 euros.

Dejando de lado las actuaciones menos graves de fugarse tras causar daños materiales, vamos a analizar las consecuencias si los daños fueran a las personas. En este caso, como ya hemos adelantado, el Código Penal tiene tipificado en su artículo 195 el delito de omisión de socorro, consistente en no prestar la ayuda necesaria a cualquier persona que, por las razones que sean, se halle desamparada y en peligro manifiesto y grave. Con la excepción de que, podrá omitirse la prestación de esa ayuda cuando el hacerlo conlleve riesgos para la vida o integridad física propia, o de terceros. En este último caso, la obligación será la de demandar auxilio ajeno con la mayor urgencia posible, por ejemplo, llamando al teléfono de emergencias 112, para avisar de la necesidad de auxilio, del estado de las víctimas, el lugar dónde se encuentran, etc. El incumplimiento de esta obligación está sancionado con una pena de multa de tres a doce meses. Para ser condenado por este delito no se necesita ser el causante del accidente ni de los daños a la víctima.

Sin embargo, este mismo artículo puntualiza en su apartado tercero, que en los casos en los que la víctima lo fuere por un accidente ocasionado fortuitamente por el que omitió el auxilio, la pena será de prisión de seis a dieciocho meses, y si el accidente se debiere a una imprudencia, la de prisión de seis meses a cuatro años. Ello es porque, aunque es una obligación de todo ciudadano el prestar auxilio a quien lo necesite, la omisión del deber de socorro es aún más reprochable si la víctima se encuentra en esa situación por una actuación de la propia persona que se da a la fuga sin prestar el auxilio necesario.

Así las cosas, si por la razón que sea has causado daños a una persona con tu vehículo en un accidente de tráfico, nunca debes de abandonar el lugar del mismo, antes de que lleguen los correspondientes servicios de emergencias y los cuerpos de seguridad del Estado. En caso contrario es posible que te veas acusado de un delito de omisión de socorro, cuando si no abandonas el lugar, y prestas el auxilio necesario, puede que todo quede en un pequeño susto y una indemnización por responsabilidad civil a la víctima de la que se hará cargo la aseguradora del vehículo.

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Escrito por

Jennifer Alarcón

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