Ventajas de un divorcio mutuo acuerdo
Llegar a un acuerdo en caso de divorcio es la mejor opción pero a veces no es fácil conseguirlo. No todo el mundo es capaz de entender que un divorcio ambas partes pierden.
- Tramitación breve y rápida: Teniendo en cuenta la simplicidad procesal y la brevedad de los plazos establecidos en la ley, la tramitación de una separación o divorcio consensual permitirá obtener en corto espacio de tiempo una sentencia.
- Menor coste del procedimiento: La ley permite que ambos cónyuges se valgan de una sola defensa y representación procesal, el menor esfuerzo y dedicación del abogado y el procurador determinarán unos honorarios inferiores.
- Mayor seguridad de que la demanda se estime íntegramente: El juez solo controlará que no existen cláusulas en el convenio regulador que dañen el supremo interés y bienestar de los hijos menores o perjudiquen gravemente a uno de los cónyuges.
- Conformidad de las partes respecto a las medidas convenidas: debido a que éstas han sido acordadas por ambos esposos y no por una tercera persona "ajena" al conflicto familiar, en principio los cónyuges estarán más predispuestos a su cumplimiento. Hay que tener en cuenta que aunque los cónyuges cesen en su relación personal , si existen hijos, van a tener que continuar relacionándose cuando tenga lugar la recogida de los mismos o cuando haya que decidir alguna materia relacionada con el ejercicio de la patria potestad, y esta relación será más fluida y dialogante si el procedimiento de separación o divorcio fue de mutuo acuerdo. Además hay que tener en cuenta que respecto a la guardia y custodia compartida, será más fácil conseguirla por vía de acuerdo.
¿Qué podemos hacer en aquellos casos en los que es solamente uno de los cónyuges el que toma la iniciativa para separarse o cuando no es posible el diálogo entre los cónyuges para consensuar la separación? Si es solo uno de los cónyuges el que toma la iniciativa, será labor del abogado propiciar ese entendimiento eliminando los obstáculos que impidan el diálogo constructivo entre los cónyuges.
Esto no siempre será una tarea fácil, ni existe un manual o una técnica especial que indique al abogado cómo abordar los conflictos matrimoniales. La experiencia práctica nos indica que habrán de seguirse las siguientes pautas:
- a)Mantener una larga entrevista con el cliente para llegar a obtener una visión real y no distorsionada del patrimonio familiar y de la situación de la familia, así como tener una idea clara de las pretensiones del cliente y de las expectativas posibles.
- b)A continuación el abogado, sirviéndose de un lenguaje lo más sencillo posible debe indicar al cliente los principales efectos derivados de la separación o del divorcio, exponiéndole con claridad si sus expectativas son viables, o si por el contrario son desproporcionadas y contrarias a la legalidad; igualmente se le pondrán de manifiesto los inconvenientes que tiene la presentación de una demanda contenciosa. Hay que tener en cuenta que en muchos casos e influenciados por parientes o por amigos que se han separado, se pretende conseguir por ejemplo una pensión alimenticia o compensatoria similar a la que le dieron a otra persona, cuando las circunstancias económicas son muy dispares.
- c)Entrevistarse con el otro cónyuge para hacerle saber las intenciones de su cliente y conocer su punto de vista respecto de las mismas.
- d)Reunirse con ambos cónyuges y plasmar los acuerdos en un convenio regulador.
- e)Si el otro cónyuge está asesorado por un letrado distinto, propiciar una reunión previa entre los letrados para valorar la posibilidad de llegar a un acuerdo y posteriormente otra definitiva juntamente con los cónyuges para elaborar y firmar el convenio regulador.
- f)Habrá casos en los que será útil acudir a un servicio de mediación familiar, cuando las controversias entre los cónyuges estén centradas en las medidas de carácter personal, como por ejemplo la guardia y custodia y el régimen de visitas.