Mediación en España: Una asignatura pendiente
A pesar de que desde fuentes oficiales se pretende impulsar la mediación, todavía dista mucho de estar en el lugar que debiera corresponderle.
Entre las causas, una deficiente promoción de la misma por parte de los poderes públicos, que lo ven más como un método de descargar trabajo en los juzgados que como un beneficio para los ciudadanos. Sin esa labor de promoción sería, tardará mucho en cuajar pues es necesario cambiar de chip. Otro de los grandes obstáculos son los abogados que ven en la mediación perdida de negocio, en vez de una herramienta más a aconsejar al cliente para resolver ese asunto, obviando que los abogados deberán cobrar por saber aconsejar esa herramienta, así como acompañar al cliente a la mediación y revisar el acuerdo antes de su firma. Por eso empiezo a recomendar que ante un conflicto acuda a un mediador.
Hay dos características muy importantes en la mediación, que la hacen altamente eficaz.
Por un lado la confidencialidad, lo hablado en la mediación no tiene eficacia probatoria alguna fuera de la misma. Por ello se pueden hacer ciertas concesiones o manifestaciones, que podrían facilitar un acuerdo que en un juicio no se admitirían nunca debido a la dificultad probatoria, es decir se puede ser sincero en aras a reconocer un problema, por ejemplo una tubería mal conectada, en aras de alcanzar una solución justa. Podemos decir en mediación que un tratamiento una obra no se remató del todo bien, cosa que en juicio no haríamos pues sabemos que el otro tendría muchas dificultades probatorias la parte contraria.
Por otro lado la agilidad, del procedimiento, si acude a profesionales de prestigio, lo puede tener resuelto en forma breve, lo que implica disminución del coste emocional al quitarse el problema de en medio en menos de un mes en vez de estar pensando en el mismo durante años. La resolución de la controversia de una forma adecuada tiene grandes ventajas para la PYME, pues supone por un lado no implica un desprestigio de la misma, pues al cliente que se le ha solucionado el problema, acabará satisfecho y no irá anunciando a los cuatro vientos que tal empresa son unas “chapuzas” y que ni se les ocurra contratarlo más bien lo que dirá es que tuve un problema y supieron darle respuesta, es decir refuerza nuestra imagen de profesionalidad.
Para iniciar un procedimiento basta con acudir a un profesional acreditado, recomiendo esta opción porque en los grandes centros de mediación están inscritos muchos con escasa experiencia y su designación es por turno. Recientemente me informaba un conocido que en una mediación familiar de uno de estos servicios iban por la octava sesión y sin avances, lo cual me parece una aberración ya que el mediador debía haber cortado la mediación a la cuarta como mucho.
Este profesional en muy poco tiempo pondrá en marcha la mediación. Otra cuestión importante es no asustarse porque tras la primera sesión parezca inalcanzable el acuerdo, la primera sesión suele ser para que el mediador centre la historia y conozca los intereses de las partes. Después el mediador procederá a analizar las mismas y ver que herramientas puede utilizar para intentar alcanzar el acuerdo. Aunque en el ámbito privado las mediaciones son todavía desgraciadamente escasas, si que podemos decir que tenemos un 80 % de acuerdos alcanzados en todas las mediaciones iniciadas.
Hasta la fecha las mediaciones que hemos iniciado han sido sobre cuestiones de herencia. Problemas de Calidad en Obras, Liquidaciones de bienes gananciales o en condominio. Problemas societarios, divergencias entre socios de una empresa y problemas de calidad entre cliente y proveedor. Las experiencias han sido tan gratificantes que el 90 % de las empresas en las que hemos conseguidos acuerdos mediante mediación han vuelto a solicitar otra cuando han tenido otro problema mediable. Hemos conseguido acuerdos en el 80 % de los procesos en los que hemos iniciado la mediación y hemos conseguido que una multinacional en uno de sus contratos haya vista la mediación como una buena práctica en caso de conflicto. Por ello recomendamos de forma viva que si tiene un problema no estará nunca de más acudir además de a un abogado a un mediador, el abogado le puede acompañar también. Sus acuerdos tienen la validez de una sentencia judicial. En poco tiempo y con un coste menor no solo económico sino también emocional al quitarse el problema en menos de un mes puede obtener una solución al conflicto.