Las denuncias por violencia de género aumentan un 18% en el segundo trimestre de 2017
Este sábado, 25 de noviembre, conmemoramos el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, y hoy dedicamos nuestro artículo a un breve repaso de la situación actual.
Lo hemos dicho en mil y una ocasiones, la eliminación de esta gran lacra social parte, más que de un castigo para los que la cometen, de una buena educación desde los primeros años de vida de niños y niñas. Lo que no quiere decir, eso sí, que yo no vea necesario la penalización de estas conductas, ya que lo es, y mucho. Pero desde un punto de vista más realista, hemos de entender que los niños no saben lo que está bien o lo que está mal, y somos los adultos los que tenemos que enseñárselo, de ahí la importancia de una educación que ponga en valor a la mujer y la igualdad de géneros, haciendo hincapié en que nadie es propiedad de nadie, todos somos libres y la violencia nunca es una salida aceptable.
Y estas campañas educativas existen, es cierto, pero no están haciendo todo el efecto que debieran, pues hoy, de la mano del Observatorio contra la violencia doméstica y de género, traemos unas estadísticas que nos dicen que todavía sigue siendo un grave problema en nuestra sociedad. En el segundo trimestre del año 2017 se presentaron un total de 42.689 denuncias, de las cuáles un 70,2 %eran mujeres españolas, y el 29,8% mujeres extranjeras. Además, de éstas, en torno a un 9 por ciento de las españolas se acogieron a la dispensa de declarar contra su pareja, frente a un 13 por ciento de las extranjeras. Se llega a establecer en el informe una tasa media de mujeres víctimas de la violencia de género de 17,04 por cada 10.000 mujeres, estando las cotas más altas en las Islas Baleares, con 26,29 por cada 10.000, seguida de Murcia con una tasa de 21,83 y la Comunidad Valenciana con 21,36. Las tasas más bajas las encontramos en Castilla y León, con un 10,78, Cantabria con un 11,16 y Asturias con un 11,23.
Y ¿qué significa todo esto? Pues que las denuncias han subido un 18% respecto al mismo periodo del año 2016, así como las mujeres consideradas víctimas de esta lacra han subido un 20,7%. Por lo que sí, este es un dato absolutamente negativo, ya que supone que, no sólo no se está logrando atajar el problema, sino que aparenta ir en un peligroso ligero aumento. Evidentemente este repunte de denuncias, igualmente se traduce en un incremento de solicitudes de órdenes de protección, así como su concesión, y en una subida del dato en las sentencias condenatorias. En concreto, se ha experimentado un aumento del 6,84 por ciento en el número de órdenes de protección solicitadas, respecto al mismo periodo de 2016, y un incremento de tres puntos respecto a las sentencias condenatorias.
Aunque, nos gustaría terminar este pequeño artículo destacando algo positivo, y es que cada vez más mujeres deciden no renunciar a declarar en el procedimiento, pues la ratio de los casos en los que la víctima se acoge a la dispensa a declarar contra el denunciado ha caído en un 18,5%. Ese es un dato positivo porque demuestra que cada vez las mujeres afrontan con una mayor esperanza ese procedimiento, y se ven más protegidas, siendo capaces de hacer frente a la situación tan desagradable que supone un juicio de este tipo. Así que, por ellas, por esas valientes que cada día nos demuestran que esta lacra puede ser vencida, hoy luchamos un día más con fuerza y coraje.
Por desgracia, la victima es más victima después de denunciar. Las leyes no protegen y el maltratador/a sabe perfectamente hasta donde puede llegar. No todo es dar una paliza, muchas personas sufren acoso silencioso cuartando la libertad de su vida hasta anular a la persona (sea hombre o mujer), parecerá increíble, pero hay muchos hombres que también sufren esta situación y algo de lo que no se habla es del colectivo Gay, donde además se sufre discriminación por orientación sexual y el acosador, sabe perfectamente cuales son los puntos débiles de su victima, porque un día estuvieron juntos, y cuando eres pareja o amigo de alguien, también cuentas tus debilidades, pero eso se convierte con el tiempo en tu propia condena. La apariencia es lo que vende. Quien tenga aspecto de tranquilo/a y no vaya con parte de lesiones y todo tipo de historias, es mejor que no denuncie porque saldrá peor que entró. La verdad es que no entiendo que persona en un momento de pánico, puede tener la frialdad de acudir al médico para que le hagan un parte de lesiones por ansiedad o premeditar cuales son los documentos de prueba para poder aportarlos. Cuando eres maltratado/a vives en el pánico y eres incapaz de reaccionar, intentas llevar una vida aparentemente normal para que el entorno no sospeche (para no ser doblemente estigmatizado) porque al final a la gente, lo que le interesa es el cotilleo y pasan de ayudar en caso de verte en peligro. Por eso mucho maltrato y acoso no se denuncia y cuando ocurre lo peor, resulta que nunca hubieron denuncias. Quizás haya que hacer mirar un poco más los protocolos que se siguen en los cuerpos de seguridad y justicia a la hora de atender a la victima. Muchas ocasiones, la victima parece que es el maltratador y lo que debería ser una atención personalizada para que la victima se sienta protegida, pasa a ser peor que un interrogatorio en el que te sientes acusado en lugar de protegido. O sea, como dice el dicho "entras para denunciar y sales denunciado". Así no avanzaremos en eliminar la lacra del maltrato.
Hay que ser muy valiente para denunciar, no es facil es muy desagradable y el temor a sentirte juzgada... mas el miedo que tienes ya.. mas los daños colaterales.. Ellas son valientes